sábado, 21 de noviembre de 2009

¿El Lenguaje describe la realidad o la crea?

¿EL LENGUAJE DESCRIBE LA REALIDAD O LA CREA?

En primer lugar, me gustaría empezar diciendo que la filosofía nació y persiste, por la problemática de determinar la relación entre el hombre -lo subjetivo- y la realidad externa a nosotros – lo objetivo-. En esta dialéctica entre subjetivo y objetivo, ha habido un paradigma que ha dominado toda la filosofía desde Platón, hasta principios del siglo XIX, la conciencia y el pensamiento, siendo sustituidos en la era moderna por el paradigma lingüístico, producido a principios de siglo XIX, a partir de las reflexiones analíticas de Frege, Russell y Wittgenstein y hermenéuticas de, principalmente, Von Humboldt y Heidegger, que implicó el abandono de categorías de análisis y supuestos metafísicos como punto de partida del pensamiento filosófico, así como, en buena medida, de conceptos corrientes en la filosofía de aquel tiempo tales como conciencia, sujeto trascendental, espíritu, etc..

En una primera instancia, diría que el lenguaje hablado, es una cualidad única del hombre , y que le ha permitido describir la realidad, en la medida en que ésta ya existe de antemano a su existencia, es decir, la existencia de una montaña, un río no depende de la existencia o no de la capacidad del lenguaje del hombre, ni siquiera de la existencia del hombre. Lo que el hombre ha hecho es etiquetar esa realidad, mediante un acuerdo en cuanto a los símbolos que representan esa realidad.

Sobre la cuestión sobre si el lenguaje es descriptivo de la realidad o la crea. Creo que el primer escollo se plantea cuando queramos definir el término "realidad" .

¿La realidad es aquello que nos es dado a través de los sentidos? Si a ello respondemos que si, entonces el lenguaje describe aquello que nos es dado a nuestros sentidos.

Si respondiéramos que no. Que la realidad última no alcanza a nuestro entendimiento, entonces el lenguaje crea realidades, que incluso ha conformado el actuar del hombre. Pensemos en la tradicional respuesta dada por el cristianismo, a la hora de decir que después de la muerte corporal, "el alma humana" irá al cielo o al infierno dependiendo de como se haya comportado en su vida terrena. Nadie que yo sepa, ha documentado la existencia del "alma" y su ida al cielo o al infierno. Sin embargo, gran parte de la vida de los occidentales, se ha amoldado y ha producido reacciones de culpa, satisfacción, dolor, angustia, miedo...etc, ante la descripción de "una realidad" no fáctica.

Ahora bien, con la capacidad del lenguaje - yo diría desarrollo del pensamiento, en tanto que éste es necesario para su formulación – ha permitido al hombre crear realidades que poseen un significado, cuando el hombre ha sido capaz de establecer una definición aceptada por la comunidad en la cual se encuentra y con la cual interactúa. Por ello en este apartado hay que decir que el estudio del lenguaje comprende los aspectos culturales, materiales e ideológicos en los que se produce el fenómeno lingüístico, sin aislarlo del resto de las actividades sociales o del marco institucional en el que se desarrolla, ni considerarlo en abstracto, sino a través de los actos concretos realizados con y mediante él, cuya validez se miden por la adecuación a las normas y costumbres socialmente aceptadas que regulan las diversas interacciones simbólicas. Así los conceptos que posee una comunidad establecen la forma de la experiencia que sus integrantes tienen del mundo, pero a su vez esos conceptos se subordinan al mundo debido a que son el producto de una forma de vida específica y dependen de las condiciones materiales en que se generan y de los juegos de lenguaje a los que pertenecen.

La participación del lenguaje es necesaria para la existencia de cualquier tipo de institución; es imposible pensar una institución sin un lenguaje que sirva para codificar y establecer las conductas que son esperables y las que están prohibidas dentro de esa institución y que posibilite la comunicación entre los miembros por medio de la función simbolizadora propia del lenguaje. Es por ello que, desde esta perspectiva, el lenguaje es la institución social básica ya que todas las demás presuponen al lenguaje pero éste no las presupone a ellas para existir (alguien puede poseer lenguaje sin tener dinero ni matrimonio, pero nadie puede ser propietario de algo o estar casado con alguien sin ser usuario de un lenguaje común).

Nuestros parámetros variarán enormemente según sea el lenguaje en que nos formemos y crezcamos y las instituciones de que tomemos parte. Existen categorías de pensamiento que están presentes en un idioma y no en otros, al igual que determinados términos son corrientes en algunas instituciones e inexistentes en otras; con lo cual nuestro modo de ver la realidad difiere si somos hablantes de una lengua o de otra, si pertenecemos a ciertas instituciones o a otras.

De lo anteriormente dicho, puedo sostener la tesis de la participación del lenguaje en la experiencia y en la concepción del mundo: cada lengua contiene una visión de mundo -una representación específica de él, una cosmovisión - y al individuo ésta se le impone con el lenguaje que le es dado en su proceso de endoculturación . Con el lenguaje aprendemos, y no sólo señalamos, distinciones y determinaciones; el mundo no es percibido objetivamente de un modo puro sino que se nos aparece –y nos es comprensible y asimilable – en primera instancia a través de las categorías de nuestro lenguaje. La conformación de la experiencia de acuerdo con el lenguaje, las instituciones y la cultura de las que tomamos parte concretan una unión inseparable entre cultura, lengua y vida.

La capacidad que tienen las comunicaciones simbólicas -lenguajes audiovisuales, corporales, estéticos, etc.- de ser el horizonte, el marco regulativo, que conforma nuestras pautas de pensamiento, sentimiento y acción hace imposible separar en la actualidad nuestra subjetividad independientemente de los procesos simbólicos que pueblan las instituciones en que nos desenvolvemos cotidianamente.

Por último, me gustaría decir que el lenguaje no abarca toda la realidad aprensible por el hombre, así tenemos experiencias que no sabríamos definir y sin embargo se manifiestan, tal es el caso por ejemplo de la infinitud. No podríamos definirla sino fuera por su contraria, la finitud pero no llegaríamos a mucho más. Al principio decía que la filosofía nace del deseo de transcender el mundo del pensamiento y de la experiencia humana para encontrar un punto superior a los mismos desde el que contemplarlos como un todo. Esta empresa requeriría un aparejo intelectual poco corriente; pues no se trata solamente de comprender el mundo del pensamiento –relación sujeto___objeto- y de la experiencia, sino también de comprenderlos y describirlos. Por lo que cabría preguntarse si hay realidades filosóficas.

BIBLIOGRAFIA.

- Filosofía II. Joseph-María Terricabras. Fundació per a la Universitat Oberta de Cataluña. Septiembre 2.006.
- Wittgenstein. David Pears. Ediciones Grijalbo. Barcelona 1.973.


PARA SABER MÁS

- http://es.wikipedia.org/wiki/Endoculturaci%C3%B3n.
- http://www.psicologia.unt.edu.ar/programas04/el%20lenguaje.doc.